El origami es el antiguo arte japonés de plegar papel, donde hojas planas de papel se pliegan intrincadamente para crear formas complejas, como animales, flores o figuras geométricas, sin cortar ni pegar. Esta técnica transforma una simple hoja de papel en un objeto tridimensional, a menudo con un detalle y belleza notables.
Las metastructuras jerárquicas basadas en el origami se inspiran en esta forma de arte, pero utilizan materiales que pueden mantener su forma y resistir diversas condiciones. Estas estructuras están compuestas por múltiples capas, o jerarquías, de unidades más pequeñas que están conectadas de tal manera que les permite plegarse y desplegarse como el origami. Cada unidad puede ser una forma simple, como un cuadrado o un triángulo, pero cuando se combinan, pueden crear formas altamente complejas.
Estas metastructuras podrían parecer esculturas geométricas intrincadas que pueden cambiar su forma. Por ejemplo, podrían comenzar como una forma compacta y plegada y luego desplegarse en una estructura más grande y abierta. Imagina un diseño plano y plegado que se expande en una forma en caja de múltiples capas con compartimentos internos. O, imagina una estructura que parece un cubo plegado, pero puede transformarse en una forma larga, parecida a un puente, o en una forma esférica con varios patrones.
La flexibilidad del diseño permite que estas estructuras se utilicen en diferentes escenarios, como la creación de robots que pueden cambiar su forma para moverse de diferentes maneras, o construir componentes que pueden alterar su forma para adaptarse a espacios reducidos o expandirse cuando se necesita más espacio. La capacidad de transformarse en una amplia variedad de formas hace que estas metastructuras sean increíblemente versátiles para numerosas aplicaciones.