Las mariposas y polillas tienen una forma increíble de ayudar a las plantas a reproducirse utilizando electricidad estática. Investigadores de la Universidad de Bristol descubrieron que, a medida que estos insectos vuelan, acumulan cargas eléctricas en sus cuerpos. Cuando se acercan a una flor, esta carga crea un campo eléctrico lo suficientemente fuerte para atraer el polen a través del espacio de aire hacia sus cuerpos sin ningún contacto físico.
Este fenómeno se demostró utilizando modelado computacional avanzado, mostrando que el campo eléctrico generado por estos insectos puede alcanzar más de 5,000 voltios por metro. Esta fuerza es suficiente para atraer granos de polen de las flores y pegarlos al cuerpo del insecto, añadiendo una nueva capa a nuestra comprensión de cómo funciona la polinización en la naturaleza.
Diferentes especies de mariposas y polillas llevan distintos niveles de carga electrostática, influenciados por su tamaño, hábitat y comportamiento. Por ejemplo, las especies tropicales generalmente tienen cargas más bajas en comparación con las de regiones templadas, posiblemente como una adaptación a ambientes de alta humedad, que pueden reducir la acumulación de carga estática.
Este hallazgo subraya la importancia de las mariposas y polillas como polinizadores, particularmente para las plantas que dependen de ellas para reproducirse. También plantea preguntas interesantes sobre cómo factores como la depredación y las condiciones ambientales impactan las propiedades electrostáticas de estos insectos. Obtener información sobre estos mecanismos puede ayudar en la conservación de polinizadores y el mantenimiento de ecosistemas saludables.